Penélope y Ulises
En el colegio estudié Literatura y entre otras analizamos las obras de Homero, La Ilíada y La Odisea. Nunca leímos la obra completa ni tampoco su versión original. En La Odisea yo no recordaba por qué Penelope, la mujer del protagonista del libro, Ulises, se pasaba el día tejiendo y durante la noche deshacía lo que había hecho durante el día.
Actualmente estoy ilustrando la Odisea. Hago una página de dibujo por capítulo mientras leo una versión escolar. Así me he enterado del por qué del comportamiento de Penélope:
Después de la guerra de Troya los hombres de la ciudad de Ítaca capitaneados por el rey Ulises tenían que regresar a casa. Por multitud de vicisitudes tardaron muchos años en volver. Su pueblo lo daba por muerto y reclamaba que Penélope se casara con alguno de los muchos pretendientes que acudían a diario a las puertas del templo a cortejarla. Para darles alguna esperanza Penélope les prometió elegir a alguno de ellos cuando acabara de tejer lo que estaba haciendo. Como no tenía intención verdadera de hacerlo, para no mentir, decidió deshacer cada noche lo que tejía durante el día.
Su tenacidad le llevó a encontrarse con su marido de nuevo muchos años más tarde.
Creo que muchos hombres llevan un Ulises dentro -son guerreros, luchadores-. Algunas mujeres llevamos a Penélope y esperamos pacientemente a nuestros maridos.
En mi época de juventud en vez de ir a la guerra nuestros hombres se distraían con cantidad de deportes mientras las mujeres estábamos al cuidado de la casa y los hijos, aún cuando tenemos nuestra profesión y trabajamos fuera de casa.
En mi caso he dejado de practicar muchos deportes, bicicleta de carretera y de montaña, tenis, motociclismo, paseos en barca, submarinismo, etc. Siendo el "deporte estrella" el golf. En relación a él y debido a la dedicación que necesita surgió el apelativo de viudas del golf para referirse a las mujeres de sus jugadores. Yo soy una de ellas.
No obstante y gracias entre otras cosas al dibujo superé bien el duelo y ahora cada uno de nosotros llevamos a cabo nuestra pasión sin que haya demasiada discordia.
Después de siete años de noviazgo, hoy veintiuno de julio, llevo casada con mi marido treinta y seis años. Juntos hemos superado muchas batallas, hemos luchado contra los cicones, los legistrones, contra los cíclopes, hemos superado los vientos de Eolo y mucho más.
A día de hoy os digo que mi Ulises sigue en casa y que yo sigo tejiendo el tiempo cada día cuando él no está, al igual que hacía Penélope.