Pasado mañana, Miércoles Santo, haré torrijas cómo acostumbro hacer todos los años. Aunque este año no he podido comprar el pan que hacen expresamente para ello, y que suelo comprar en el supermercado, ya tengo preparados mis ingredientes. Os cuento cómo las hago: Caliento leche con azúcar y un chorro de vino tinto. Ahí sumergo rebanaditas de pan, las paso por huevo batido y las frío en aceite de oliva. Cuando las saco las cubro con una mezcla de azúcar y canela. A mí me encantan, aunque tienen muchas calorías. Este año las comeré también, aunque no puedo compartirlas con mis hijos, sobre todo con Luly, a la que tanto le gustan. De vez en cuando no está mal mantener las tradiciones.