Mamá Cumple Cien Años

Hoy, día 10 de agosto de 2024 mi madre cumple 100 años. Mis hermanos y yo tenemos la suerte de tenerla con nosotros. Ella es muy sentimental y un tanto manipuladora. Nos trata como esos seis niños que un día fuimos.

Yo diferencio su prole en dos grupos, el primero formado por los tres hermanos mayores y el segundo por los tres restantes. Seis hijos nacidos en seis años consecutivos como repite ella frecuentemente. Aunque hayan pasado muchos años nuestro núcleo familiar sigue siendo muy similar al que tuvimos en la infancia, a excepción de la ausencia de mi padre.

Para mi madre, como en muchas ocasiones les pasa a las madres con sus primogénitos varones, mi hermano Loren es el "preferido", aunque ella siempre lo niega. El segundo hijo (mi hermano Francis), reclamaba la misma atención que le daban al primogénito, pero pasó a un segundo plano cuando nació la primera niña, mi hermana Mária. Ella desde pequeña tuvo un carácter reservado, siempre estaba muy callada y se adaptaba a las circunstancias sin rechistar. Su nieta María me recuerda mucho a ella.

Con Juan Carlos comienza el segundo ciclo de hijos. De él se ocupaba Milagros durante la infancia. Al año siguiente nací yo, protestona, llorona y reivindicativa. Lloraba reclamando la atención de mi madre y en vista de que no lo conseguía me uní mas a mi padre. En último lugar nació Jose, protegido por nuestra niñera Teresa toda su infancia, con sus propios juguetes, sus propios caprichos y su mundo aparte.

En la actualidad todos seguimos alrededor de "mamá oca". Mi hermano Loren reivindicando su independencia mientras mi madre se desvive por él. Francis, reclamando la atención de mi madre. Mi hermana Mária postrada en una cama, sin rechistar, desde hace 15 años. Mi hermano Carlos dependiendo totalmente de mi madre (Milagros ya no está). Yo, reclamando también su atención mientras ella se ve obligada a dar prioridad a sus hijos varones. A veces sigo llorando por ello, mi padre ya no está. Por último mi hermano Jose, que vive a 40 kilómetros de nosotros y lo tenemos un tanto olvidado, Teresa ya tampoco está para protegerlo y darle mimos.

Repetimos los mismos patrones de la infancia y ella también. Pero lo importante es poder contar con mi madre a sus 100 años y saber que la vida puede ser dura si no encajamos bien los golpes o fácil si reconocemos que no pasa nada porque lo que sucede a nuestro alrededor no ocurre en la forma que nosotros queremos.

Para mi madre: Se que un día no estarás y me arrepentiré de las veces que me dijiste que me sentara a tu lado y no lo hice, de los besos que no te di. Se acabarán los reproches y la oportunidad de echarte la culpa de mis errores. Se acabará mi anhelo de que te dedicaras solo a mi, de sentirme hija única por una sola vez, de sentir que solo a mi me necesitas, de compartir mi vida contigo.

Sin embargo, a solas, podré hablar contigo desde la distancia y contarte cosas que ya no te afectarán y que hemos evitado contarte para mantenerte protegida en tu burbuja de cristal, para que no te afectara nada, para que no lloraras.

Algún día no estarás, aún así lloraremos juntas, en la distancia.

Hablaremos juntas, en la distancia.

Discutiremos juntas, en la distancia.

PD: Escrito en agosto de 2023. Corregido en 2024

August 10, 2024

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