La Alameda Principal

Hacía poco que había visto por primera vez la última remodelación de la Alameda Principal. Había oído bastantes comentarios en su contra, pero yo me sorprendí gratamente. Tiene espacios amplios para pasear, me gusta el pavimento intercalado con césped. Me atraen los puestos de flores fabricados de acero Corten, con el nombre de su dueño o dueña grabado y me parece curiosa la disposición de las nuevas sillas de mobiliario urbano, que invitan a tener una reunión, casi obligándonos a hablar con el que se sienta enfrente. En una de esas sillas, delante del Archivo Municipal, nos sentamos Nono y yo a dibujar.

Hice mi dibujo centrado en el tronco de uno de los grandes y frondosos árboles que fueron plantados a finales del siglo XVIII. Debido a que la acción de dibujar favorece que te fijes en cosas que no apreciarías de otro modo, le presté atención a las nuevas farolas. Para mi gusto demasiado estilizadas. En mi opinión, de haber dejado las que había, hubiesen funcionado como cuando en las casas decoradas de forma moderna se introduce algún elemento del pasado, lo que solemos llamar vintage. Sin embargo, desde el tren de cercanías, las he visto descansando agrupadas en un solar. Asoman a través de una valla, como si fuesen seres extraños esperando que alguien se fije en ellas y les dé mejor ubicación.

El primer alumbrado de la Alameda tuvo lugar en 1832 y se realizó con farolas de aceite. Veinte años después, en 1852, se introduce el alumbrado de gas en Málaga, contando ya la Alameda con 52 farolas.

En la Alameda se plasmaban todos los acontecimientos de la ciudad. Se ubicaba la feria y tenían lugar los actos anuales de honra a Torrijos entre otros. Con motivo de la visita de Isabel II a la ciudad, en 1862, se instalaron allí diversas fuentes entre las que destacaba el estanque con surtidores en forma de animales.

En el año 1876 y, para salvar la diferencia de altura de 80 centímetros entre el paseo central y los laterales, se proyectó el aumento de los arrecifes laterales y la colocación de un pretil en el paseo central con sillería de jaspón y entrepaños de ladrillo visto. Encima del cual se colocaría una verja de hierro, con columnas corintias rematadas con jarrones y ánforas también de hierro, queriendo dar un aspecto similar al de la entonces plaza de Riego (hoy plaza de la Merced). Todo ello desaparecería con el asfaltado de la Alameda a principios del siglo XX, que eliminó no solo los paseos peatonales sino también muchos de los componentes del mobiliario urbano decimonónico. En 1925 el Ayuntamiento aprobó la transformación de la Alameda en avenida, rebajando el paseo peatonal central y convirtiéndolo en vía de automóviles.

El paso del tiempo nos ayudará a saber si la actual es la mejor disposición de los diferentes elementos y usos de nuestra Alameda.


  1. Morales Folguera, José M. "Málaga en el siglo XIX. Estudios sobre su paisaje urbano". Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Málaga. 1982.

Archivo Fotográfico Municipal de Málaga/ C.2 R.298. Fotografía en papel 18x24 cm. Año 1880. Probable autor Arenas

January 4, 2020

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