Esas Cosas Que Guardamos: La Orla de mi Padre

Algunas personas nos pasamos media vida acumulando cosas y la otra media tirándolas. Yo ya estoy en la segunda etapa.

De pequeña no comprendía cómo mi madre, una noche cuando dormíamos, tiró entre otros un mueble de “persianilla” que estaba en el armario del despacho de mi padre y que a mi tanto me gustaba. Con mi padre empecé mi afición por el bricolaje y mas tarde aprendí a restaurar muebles. Siempre me atrajo el oficio de carpintero y me entusiasmaba recoger muebles y enseres de la basura, sentir el placer de salvarlos de su destrucción y recuperar parte de su “tiempo vivido”, continuar su historia. Pero eso tenía el inconveniente de ir acumulando cosas que otros no querían.

Actualmente, conforme se va agotando mi propio Tiempo, lo que necesito es Espacio –tanto físico como mental. Y no me refiero a tener cada vez más hectáreas de terreno sino al hecho de tener un halo de tranquilidad en lo que me rodea. Para tener tranquilidad mental yo necesito tranquilidad física, rodearme de pocas cosas, y eso conlleva deshacerme de otras tantas que, queriendo o sin querer han llegado a mi poder.

Entre ellas tengo las cosas de mi padre que, aunque nadie quiere deshacerse de ellas, tampoco quiere guardarlas nadie. Una de esas cosas es su “orla de Medicina”, que data del año 1948. Es un cuadro bastante grande, de marco dorado (ya opaco por el paso del tiempo) que está lleno de una gran cantidad de fotografías de personas –como todas las orlas–, donde cuesta trabajo distinguir a mi padre. Su fotografía está situada en la cuarta fila empezando a contar desde abajo y en la segunda de izquierda a derecha. Recuerdo el cuadro colgado en su despacho de calle Santa Lucía. Al mirar la orla por aquel entonces –e incluso ahora– siempre pensaba que todos los que aparecían eran personas muy mayores. Son en su mayoría hombres, enchaquetados y con corbata, con sus pulcros tupés y bigotes de la época. Me cuesta trabajo pensar que en esa foto mi padre fuese más joven de lo que es mi hijo actualmente. Por fin hoy me he decidido a tirar ese marco, he escaneado la lámina y la enrollaré para que ocupe menos espacio. Probablemente alguien la tire más adelante.

Como dice Nono, en algún momento, las cosas que guardamos estarán en la basura. Todo depende del tiempo, y si no las tiramos nosotros alguien las tirará cuando ya no estemos1.


  1. En su libro Unclutter Your Life in One Week, Erin Doland comenta como, aun siendo mórbidas, las palabras de Sue DeRoos no podrían ser más ciertas. DeRoos decía que "todos conseguimos ser ordenados en algún momento de nuestras vidas, solo que algunos ya no están aquí cuando llegan a serlo". Parafraseando a Doland: alguien siempre se encarga de ordenar, filtrar y poner tus cosas en orden –o lo haces tú mientras estás vivo o lo harán tus seres queridos cuando tu ya no estés. 

July 29, 2017

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