21 de febrero de 2017. A lo largo de mi vida ha habido varias ocasiones en las que he tenido la sensación de que el tiempo se paraba y hoy ha sido una de ellas.
Los Reyes Magos me regalaron un bono para disfrutar el día de La Princesa en un spa, y esta mañana desde las diez a las dos y junto con mi hija me he sentido princesa. Toda actividad rutinaria se ha parado. Varias personas a nuestra disposición, y yo sin reloj, ni recados, ni móvil, ni ordenador, solo disfrutando del “tiempo parado” para nosotras; agua fría, agua caliente, ahora un masaje, luego un té, sauna…y hasta manicura.
¡Que tranquilidad y paz!. Hasta he tenido tiempo de hacer este dibujo donde, a lo lejos y entre las casas, se puede ver el funicular de Benalmádena.