No hace mucho había decidido viajar al menos cada dos meses aunque fuese a algún lugar cercano. Sentir la sensación de abandono de las obligaciones de forma voluntaria y alejarme de ellas para no tener la tentación de hacer cosas rutinarias, cosas que haces cuando estas en casa si o si.
Pero el obligado paréntesis de la vida ordinaria, provocado por la pandemia del Coronavirus paralizó, además de otras cosas, el acto de viajar.
Para mi viajar es evadirse. Dejar a un lado todo aquello que nos condiciona a diario.
Estando sumergida en la monotonía, de repente, inspirados por Cristina, nos surgió a un grupo de amigos la oportunidad de viajar de forma diferente.
Decidimos ilustrar cada uno a nuestro modo La Vuelta al Mundo en Ochenta Dias, de Julio Verne. Nos reuniríamos un par de veces por semana, por videollamada, para dibujar juntos y seguir un ritmo marcado por diferentes etapas del viaje.
En un principio pensé hacer unos dibujos mas o menos rápidos y dibujar al ritmo que marcamos en el grupo. Pero al poco tiempo de comenzar el viaje me encontré sin querer dejar atrás ningún detalle, ningún acontecimiento importante de la historia, aunque eso supusiera coger mas tarde algún tren, algún vapor o cualquiera de los medios de transporte que aparecen en el libro, o pasar una noche en Nueva York, como lo hacen los protagonistas. Así cuando saltábamos de una etapa a otra y obviábamos algo yo me veía con la obligación de representarlo.
Me metí dentro de la historia, leí y releí algunos capítulos para recordar lugares, nombres de barcos, fechas, horas y demás acontecimientos. Recordé parte de la geografía por mi olvidada y conocí otras muchas cosas que desconocía, a través de la lectura.
Me encontré verdaderamente viajando, conociendo algunas costumbres de diferentes países gracias a las buenas descripciones de Verne. Acabé plasmando la fauna y la flora de algunas zonas, los trajes típicos y un sinfín de detalles.
Me he comportado como una verdadera exploradora y sobre todo me he evadido durante horas de la realidad externa.
Aquí os muestro el resultado de esta magnífica experiencia.
Gracias Cristina por la idea y a todas las demás por vuestra compañía, sobre todo a Gloria con la que me he sentido como si hubiera compartido habitación.
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