Una Muerte Anunciada
Hoy quiero hacer referencia a mi escrito de hace escasamente tres semanas, El Superviviente (https://lourdes.ac/blog/el-superviviente). En él relato mi presentimiento de lo que podría ocurrirle al anciano ciprés solitario de la Plaza del Teatro. Anuncié su muerte, como si de la crónica de Gabriel García Márquez se tratara. Pero se ha producido antes de lo esperado para mí. No ha hecho falta que ningún vecino de los recién restaurados edificios planificados por la Casa de Larios Hermanos en el siglo XIX, en la Plaza del Teatro, agrediera a este árbol. Ha sido una máquina de la obra, que realiza los últimos retoques de remodelación, la que el día de 13 de febrero hizo que el ciprés se volcara completamente sobre el edificio de enfrente, como si una "atracción fatal" lo empujara contra él para celebrar al día siguiente el Día de los Enamorados.
La empresa se hará cargo de los daños, pero ese ciprés ya es irrecuperable.
No puedo evitar pensar que esto no ha sido una cuestan de mala suerte.