Sin Pensarlo

Sin pensarlo previamente me disponía a pasar lo que yo creía iba a ser un crudo invierno en Torre de Benagalbón, lugar donde veraneo. Pero nada mas lejos de la realidad: tenía la playa para mi sola, el sol era un buen acompañante, mi música era el canto de los pájaros y las azucenas marinas adornaban mi camino diario, ese que yo iba fotografiando mentalmente paso a paso. Me convencí de que, al menos en mi imaginación, el límite alcanzable puede no tener límite y así mi vista traspasaba el horizonte y vi Marruecos en los días claros, observé las gaviotas sobrevolando el mar, sentí el movimiento del cardumen de boquerones que llegarían al día siguiente al mercado, oí las conchas de las almejas abriéndose y cerrándose y olí el aroma de la sal del agua marina que salpicaba y refrescaba mi cara.

Sin pensarlo, ese fue mi mejor invierno.

February 24, 2019

Writing