Mi Traje Nuevo: Un Disfraz de Mariposa
Este año ha sido la segunda vez que he asistido al encuentro de dibujantes de Santiago de Compostela, Compostela Ilustrada. Al finalizar las jornadas, para despedirme de la ciudad, grabé un corto video para tenerlo de recuerdo.
Cuando llegué a casa me di cuenta de que, en el vídeo, delante de los estáticos edificios de piedra se ve una mariposa blanca volando. Eso me hizo reflexionar y pensar en este escrito.
De pequeños, cuando nos regalan un traje nuevo, nos lo ponemos un día tras otro. Nos vamos haciendo a él hasta convencernos de que es el que mas nos gusta. Poco a poco vamos creciendo, no nos damos cuenta de que el traje se nos va quedando pequeño, nos lo seguimos poniendo, pero nos estorba. Nos vamos frustrando porque no estamos cómodos, pero no sabemos lo que nos pasa.
Llega un momento en que tenemos que cambiar de traje y además, esta vez, lo tenemos que elegir nosotros. La mayoría de las veces no nos atrevemos a cambiar de estilo y nos compramos uno como el anterior, pero mas grande. Pocos son los que se atreven a cambiar su aspecto. El resto nos quedamos en una línea monótona que nos acompañará toda la vida.
Pero a veces, solo a veces, nos compramos un traje distinto. Nos disfrazamos de mariposa y detrás de ese disfraz, nos permitimos la libertad de la que no solemos disfrutar. Nuestras alas se hacen muy grandes, se despliegan y nos permiten recorrer el mundo. Tenemos un color tan blanco que nuestra luz resalta sobre todo lo demás. Somos libres, no estamos frustrados ni decepcionados con lo que nos rodea. Nos reunimos en pequeños grupos, nos comprendemos entre nosotros y nos cargamos de energía. Todo es pura emoción. Pero cuando acaba el hechizo de las meigas, la magia desaparece. Nos convertimos otra vez en crisálidas, y entonces, permanecemos apretaditos, acurrucados, escondidos. Nos sentimos como si nos hubiéramos puesto otra vez el mismo traje que nos quedaba pequeño. Ahí vivimos, como si estuviésemos contentos, manteniendo la esperanza de poder volar de nuevo.
PD: Gracias Juan Carlos, Carlos, Neus, Ane, Maike, Ángela, Elena, Angeles y Gloria por estos días.