Hice mi especialidad de Estomatología en Sevilla, entre los años noventa y noventa y dos. Allí conocí a mi amiga y compañera Auxiliadora, que se convirtió desde entonces en el "hombro" sobre el que llorar para resolver los problemas que surgen en el trabajo tan minucioso y estresante que tenemos. (Por el hecho de trabajar con personas y donde tienes que solucionar sobre la marcha cosas inesperadas que se pueden presentar).
Instalamos nuestras consultas por separado después de sopesar la posibilidad de hacerlo juntas, pues ya se sabe que en los "negocios a medias" se pierden muchas amistades.
Desde el inicio de nuestras aventuras estoy en deuda con ella en el sentido de que quería hacerle un regalo de inauguración de su clínica -como ella hizo conmigo- y ya han pasado casi treinta años.
Al cabo del tiempo hemos hablado varias veces de ese tema y en una de las charlas me dijo que lo que quería era una escultura de escayola de un molar, parecida a una que yo había hecho en la clase de Volumen cuando estudiaba Bellas Artes, y que tengo a la entrada de mi consulta.
Hace años que tengo la escultura terminada pero sin entregar. Como Auxi acostumbra a pasar parte de la Navidad esquiando en los montes suizos, se me ocurrió la idea de representar una escena de ski sobre la muela; aprovechando que el color blanco de la escayola y las subidas y bajadas de las cúspides de la pieza dentaria realizada a gran escala, podrían simular la nieve y las montañas. Eso le aportaría un concepto a algo tan inerte y pesado como un bloque de escayola. Esa escena la tengo planteada también hace varias navidades.
Este año, debido a la pandemia, y como muchos de nosotros Auxi se quedará sin viajar y ello me ha llevado a terminar la escena y entregarle el regalo.
Espero que le guste. Más vale tarde que nunca.
Escultura en escayola de 38 x 20 x 23 cm