Mamá, te conservas con mucha energía y belleza, mientras los demás envejecemos a tu lado.
Esta mañana me he dado cuenta de que te dejé sola la noche de tu cumpleaños. Anoche las estrellas, las lágrimas de San Lorenzo, se alinearon para que eso sucediera así y no ha sido hasta esta mañana cuando he sido consciente de ello: No apagaste tus velas, nadie las sopló contigo. Fue un día duro para ti, tan rodeada de gente los demás días y ese, al coincidir con el inicio de la feria, todo el mundo tenía algo mejor que hacer, aunque sé que mi padre te acompañó todo el día en tu pensamiento. A él todos lo teníamos en nuestras mentes. San Lorenzo era un día Grande en nuestra casa, celebrábamos el santo de mi padre y mi hermano mayor y eso hacía que tu cumpleaños quedara en un segundo plano. Anoche no hubo celebración, pero en el fondo todos echábamos de menos la fiesta.
Escrito el día 11 de agosto de 2018
Este año prometo soplar las velas contigo.