Estimado señor director médico de ASISA:
Soy consciente de que mi carta, en el supuesto de que alguien la lea, acabará pronto en alguna papelera.
Soy médico desde hace treinta y ocho años y especialista en Estomatología (dentista para entendernos), desde hace veintiocho. Desde el inicio de mi actividad profesional en el campo de la odontología he trabajado de forma privada, y desde el principio he formado parte de vuestro cuadro médico. Admito que la Odontología ha pasado por muchas etapas a lo largo de su existencia y que ha sido profesión privilegiada en alguna época. Pero el panorama con el que nos encontramos hoy día dista mucho de esa realidad y a las personas físicas, como yo, nos cuesta mucho luchar con tanta competencia, a veces desleal, pero vamos saliendo adelante día a día.
Accedí a la profesión después de seis años de Medicina y de tres años de especialidad, que hice a través de la vía MIR (Médico Interno Residente), cómo sabrá es una oposición a nivel nacional. Lo hice, junto a mis veinticinco compañeros que como yo, después de aprobar ese "concurso-oposición" no recibimos remuneración alguna y de la que a día de hoy llevamos varios años pleiteando para, al menos, conseguir que esos tres años se nos reconozcan a nivel de cotización para la Seguridad Social. Tres años que, al menos a mí, me vendrían muy bien, y de los cuales no hay rastro de su existencia para la Administración del Estado.
A lo largo de los casi treinta años he aceptado las condiciones de ingresos que por parte de la compañía he tenido. Ingresos que en vez de ir subiendo al ritmo del nivel de vida han ido bajando, sin previo aviso, sin mediar palabra. Llegado este momento la compañía que usted dirige nos paga a los dentistas seis euros por visita, aunque en ella hagamos más de un acto médico. Solo tenemos derecho al cobro de una visita cada treinta días, aunque tengamos que ver al paciente más de una vez.
Yo he aguantado esta situación que, como comprenderá, no me ha aportado ningún beneficio, sino más bien al contrario, porque siempre he pensado que de este modo tenía un vínculo de unión con la clase médica. Porque yo ante todo además de "dentista" soy médico y por ello también he mantenido a lo largo de los años mi doble colegiación (del Colegio de Dentistas y del Colegio de Médicos). Por dignidad preferí pensar que el hecho de pertenecer a la compañía fuese como tener "un anuncio en un periódico", una publicidad que tenía que pagar. En cierta medida pensaba que me "debía" a mis pacientes, que no todo en la vida es el dinero y que no me importaba atender a gente que llevaba años confiando en mí.
Pero ante todo soy Persona, y la situación de pandemia de Coronavirus que estamos viviendo cambia las cosas, hace que en mi trabajo a día de hoy me juegue algo más que mi bolsillo. A partir de ahora, cuando trabaje, estaré pensando que quizás ese día me estoy jugando la vida yo también.
No creo que deba "jugarme la vida" por seis euros menos impuestos.
Creo que ha llegado el momento de solicitar mi baja en la compañía.
Le saluda, atentamente Lourdes Alonso Carrión.
Colegiada 1312 del Colegio de Odontólogos y 3813 del Colegio de Médicos.
Mientras trabajo veo la Torre de los Mártires.