La Mecedora -El Centro, continuación-

Tenía mi hermana una mecedora de rejilla, y en ella se sentaba en los períodos de lactancia - que no fueron pocos, pues tiene cuatro hijos- Del uso el asiento se rompió y además ella ya no se sentaba en la mecedora. Decidí quedarme con la butaca y arreglarla.

Yo sabía que en Málaga, en calle Pozos Dulces, había un taller donde reparaban ese tipo de butacas y sillas. Pero para evitar "el trajín" de llevar y traer la silla pensé que era mejor comprar la rejilla y hacerlo yo misma.

Temprano por la mañana y antes de ir al trabajo contacté con ellos para comprar la rejilla. Estuve hablando con dos señoras, hermanas, que ahora llevan el negocio junto al suegro y el marido de una de ellas. De toda la vida el encargado ha sido el suegro.

Para mi tristeza me dijeron que ya se iban de allí, se trasladaban a la Plaza Basconia porque el edificio estaba en muy malas condiciones y el ayuntamiento no les permitia estar ahí y que ellos estaban de alquiler y el dueño del edificio no quería o no podía arreglar la casa. Me dijeron que ya se habían ido de allí un señor que arreglaba lámparas y un escultor. Me dió bastante lástima , en parte sentí que una parte de mi vida pasada desaparecía.

Me cobraron 21 euros por la rejilla del asiento y me dijeron que si lo cambiaban ellas el precio eran 45 euros. A mi me pareció caro, pero después de haberlo hecho yo y de saber el esfuerzo que conlleva cambiar un asiento de rejilla, nunca más se me ocurrirá pensar que 45 euros es mucho para ese tipo de trabajo.

Todo lo artesanal cuesta mucho y no queremos pagarlo, no lo valoramos, preferimos tirar las cosas y comprarnos otra nueva. Creo que deberíamos cambiar el "chip" porque es la única forma de conservar la actividad artesanal de nuestra ciudad y los negocios que la pueden diferenciar de otras ciudades.

November 10, 2016

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