El llamado Jardín de los Monos se encuentra en la Plaza de la Victoria. Acompañados de una "muchacha" que tuvo mi abuela (Carmen "la Maola", de Canillas de Aceituno), mi madre y su hermano Paco iban todas las tardes a jugar allí. Mi madre recuerda a Rosita y Perico, los monos que vivían en el jardín. Cuenta que Rosita vivía en una jaula grande y que mordía. Y que Perico estaba atado con una cadena larga y vivía en una casita que había en la parte alta de un árbol. Atado de la cadena, Perico subía y bajaba por él. Dice que Perico era muy sinvergüenza, que al ver a Carmen se ponía nervioso. Ella le hablaba diciéndole: "Perico, te he echado de menos". Parecía que los dos se comprendían.
Un día, Carmen desafió a Perico: Baja, toma al niño, le dijo sin pensar que el mono podría hacerlo. Pero Perico bajó y de repente cogió a Paquito entre sus brazos y se lo llevó arriba del árbol. Después de la insistencia de Carmen para que bajara al niño, Perico bajó con él en su regazo y la chica, cuando lo tuvo a su alcance, tiró del niño tan rápido que se le enganchó el dedito gordo, haciéndole una herida, cuya cicatríz tuvo toda la vida.
PD: Dibujo de la Parroquia de San Lázaro (Plaza de la Victoria). Tinta acuarela sobre papel.