Comprendo a Caperucita

Reflexionando sobre mi vida me doy cuenta de que siempre he seguido directrices establecidas por otros. Seguimos el camino mas fácil. Cumplimos las normas casi por costumbre. Yo misma, al hablar de mi camino a seguir, lo he señalado con la mano como el camino recto, el que tenía enfrente.

Esto me ha recordado a Caperucita. Ella supo que tenía que probar otra vereda, que no era ni la más segura ni la mas conocida. Y aunque le habían advertido de las dificultades –del lobo–, ella se arriesgó, y consiguió superar sus miedos. De no haber sido así, Caperucita hubiese sido siempre una cobarde –resguardada, sin salirse de las líneas, sin arriesgar, no superando nunca sus temores..

Hoy me he sentido como Caperucita. Siento la necesidad de "coger veredas", de tomar caminos que no son tan evidentes. Hoy estoy dispuesta a poner cara a mis lobos.

Escrito el 27 de febrero de 2014.

April 8, 2017

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